Bienvenidos a 2025, el año que marca el nacimiento de la generación Beta, esa camada de humanos que no sabrá qué es un teléfono no inteligente, ni entenderá por qué la televisión tenía horarios. Según un artículo de National Geographic, estos niños crecerán rodeados de tecnologías que hacen que nuestras actuales estrategias de marketing parezcan grabadas en VHS. Y sí, esto significa que la publicidad, las redes sociales y la comunicación están a punto de enfrentarse a su examen más complicado.
Un recorrido por el pasado
Antes de enfangarnos hasta las rodillas para conocer a las demás generaciones, viajaremos al pasado bajo la atenta mirada del desembarco de los Beta.
Empezaremos con los Boomers, los constructores de “cómo eran las cosas cuando todo estaba bien”. Los nacidos entre 1946 y 1964 que trabajaron duro, compraron casas baratas y luego nos dijeron que tomar una cervecita al sol es la razón por la que no podemos pagar un alquiler.
Echamos un vistazo ahora a la generación X, todos nacidos entre 1965 y 1980. Ellos fueron los rebeldes sin causa que nunca se dieron cuenta de que algún día serían los jefes que tanto detestaban. Crecieron escuchando grunge, viendo MTV (cuando de verdad ponían música) y aprendieron a vivir con un constante desinterés por todo. Esta generación inventó el sarcasmo de los 90, pero ahora están en LinkedIn escribiendo sobre coaching emocional.
Aquí llegamos nosotros (y probablemente también los que estéis leyendo esto). Los Millennials pertenecemos a la generación nacida entra 1981 y 1996. Fuimos criados para creer que podríamos ser lo que quisiéramos… hasta que llegaron la crisis, la deuda y los alquileres. Nos dicen que aún seguimos siendo “jóvenes” mientras nos vamos quedando calvos y pagando suscripciones a apps de meditación. Inventamos los memes y las tendencias en redes sociales, pero lo que recibimos a cambio es la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo.
Seguimos navegando a través de la historia y nos encontramos con la generación Z, aka los hijos del wifi. Nacieron entre 1997 y 2012 con un smartphone bajo el brazo y no recuerdan un mundo sin internet. Son los reyes y reinas del multitasking, aunque su atención dura menos que un video de TikTok. Brutalmente honestos, despiadados con las marcas que no son inclusivas y capaces de viralizar una revolución antes de que termines de cargar tu PowerPoint (sí, seguimos usando eso). Son quienes te cancelarán en redes si no te alineas a sus valores.
Ahora conocemos a los pequeños influencers en potencia. Ellos son los conocidos como generación Alfa, niños nacidos entre 2013 y 2024 que aprenden a usar smartphones y tablets antes de andar y que consideran los anuncios de YouTube una forma de tortura medieval. Hablan con asistentes virtuales como si fueran sus mejores amigos y no entienden por qué las cosas no responden por comando de voz. Sus juegos son en realidad simuladores sociales, y ya tienen mejores portfolios digitales que tú (y que nosotros).
Y llegamos a la generación Beta; todos aquellos que nacerán de ahora en adelante y que son los hijos de la inteligencia artificial. Crecerán esperando experiencias personalizadas e interacción instantánea. Tendrán valores claros: sostenibilidad, inclusión y privacidad (que exigirán mientras publican cada detalle de su vida). Y si una marca no está a la altura de sus estándares, la arrastrarán públicamente… antes de volver al último filtro de realidad aumentada que sea tendencia.
Hiperconectados desde la cuna (literalmente)
Los Beta no solo serán nativos digitales, serán nativos de la hiperconexión. Olvídate del tiempo de pantalla limitado o las charlas sobre desconectar. Para esta generación, el metaverso será su patio de recreo, y el wifi, su oxígeno.
Las marcas tendrán que dejar atrás los anuncios genéricos y ofrecer experiencias inmersivas que los Beta consideren dignas de su tiempo. ¿Una campaña de marketing sin inteligencia artificial? Por favor, ahórrales la molestia de ignorarte.
Para esta nueva generación, las redes sociales serán el equivalente de un diario abierto para todo el mundo (si es que las historias de 24 horas ya no les parecen demasiado largas). ¿Lo bueno? Hablarán de sus marcas favoritas. ¿Lo malo? También de las que no lo son. Y no, no será un post constructivo, será una demolición pública.
¿Qué esperan? Personalización extrema. Nada de “¡Hola, {insertar nombre}!” en un correo automatizado. Querrán contenido creado únicamente para ellos, casi como si tuvieras una cámara espiándolos… aunque ya sabemos que eso sería éticamente cuestionable 😉
No más bla, bla, bla
Olvídate de esos discursos cuidadosamente elaborados para sonar auténticos. Los Beta sabrán detectar una falsedad antes de que termines de redactar el tweet (¿se sigue llamando así?). Con asistentes virtuales, chatbots y demás, esta generación no quiere esperar ni tres segundos para obtener una respuesta. Ah, y mejor que sea coherente con sus valores, porque no van a tolerar mensajes contradictorios.
A los Beta no les interesará tu declaración de principios genérica ni tus fotos de archivo con gente sonriente. Quieren diálogo real y acciones tangibles. ¿No puedes ofrecerlo? No te preocupes, ellos sabrán cómo cancelarte.
La publicidad para los Beta
Los nacidos del 2025 en adelante crecerán con anuncios que no solo serán personalizados, sino que también interactuarán con ellos en tiempo real. Si tu marca no puede ofrecer algo así, ellos se encargarán de hacerte sentir como un cartel oxidado en una carretera comarcal olvidada.
En resumen, la generación Beta será la audiencia más despiadada y exigente que el mundo de la publicidad y la comunicación haya visto. Pero oye, no todo está perdido: si logras entenderlos (y sobrevivir), tendrás una base de consumidores fieles… al menos hasta que algo más brillante los distraiga.
Así que, marcas, ajusten sus estrategias, afilen sus creatividades y, por favor, empiecen a estudiar el manual de los Beta. Sin duda será un viaje salvaje.