La importancia de la digitalización empresarial
A menudo nos preguntamos en qué nos ayudan las nuevas tecnologías. En qué procesos diarios, rutinarios se han instalado sus mecanismos… Estamos inmersos en una cultura digital, en nuestro día a día se puede medir y consultar nuestra productividad con múltiples apps, que diagnostican, recomiendan, en definitiva, facilitan cualquier gestión, bien sea personal o profesional. No obstante, también estamos en un momento en el que han quedado al descubierto las múltiples carencias, dificultades y la enorme brecha digital que existe en el ámbito empresarial. En gran parte como consecuencia de los cambios generacionales, pero en otras tiene que ver con una cuestión meramente cultural.
En la época prepandémica las empresas trabajaban en el entorno digital a veces como un recurso o apoyo al factor presencial. Este escenario dio un giro de 180 grados cuando los confinamientos empezaron a decretarse en todos los países del mundo. A partir de ahí y a marchas forzadas, las empresas se vieron obligadas a implementar sus servicios y operatividad con la estrategia ideada para el entorno digital. Pero no todas parten desde la misma casilla de salida.
Hay que tener en cuenta la premisa de que la digitalización es un proceso que abarca cualquier ámbito de la empresa, está presente en cualquier área y campo de trabajo. La digitalización va de empresas, de marcas, servicios y productos, pero más que nunca también va de las personas, de cómo se implican en todo este proceso: actitud y aptitud. En algunos casos, la adaptación a este entorno ha necesitado de una mayor implicación y formación de los trabajadores, habituados a otros procesos y tiempos.
El nivel de digitalización de tu empresa
Pero ¿cómo averiguamos desde el punto en que parte “digitalmente” una empresa? Existen numerosas pruebas que detectan el nivel de madurez digital de una marca, producto o servicio. Estos test se centran en diversos ámbitos, como son en la estrategia que lleva a cabo, la experiencia con el cliente, la organización, las infraestructuras, los procesos de trabajo, la formación de los empleados… También es útil para poder estudiar el posicionamiento “digital” de la empresa con respecto a otras del mismo sector y de esta manera poner en foco en algunas áreas más deficitarias.
Es, además, una información útil que, en el caso de las administraciones públicas, les sirve para orientar los recursos en base a nuevas subvenciones y ayudas enfocadas a las pymes y micropymes. Desde estos organismos se han aprobado medidas y decretos que suponen una fuerte inyección económica para agilizar estos procesos.
La madurez digital es, por tanto, un concepto orientativo para saber cómo y cuándo realizar y reforzar determinadas áreas de la empresa. Según el Índice de Madurez Digital 2020 de Íncipy, durante los últimos meses las empresas se han esforzado y han avanzado a pasos agigantados en este ámbito. Casi tres cuartas partes de las empresas consultadas para este estudio reconocen que han “acelerado” la puesta en marcha de estrategias para digitalizar sus distintos procesos productivos. Además, este mismo estudio resalta que han incorporado personal especializado en nuevas tecnologías en distintas divisiones de su empresa para llevar a cabo esta tarea.
La digitalización depende de las personas
La cultura digital en el entorno digital ha sido y es -todavía- una asignatura pendiente en las pymes y micropymes andaluzas, pero por poco tiempo. Al igual que otros procesos y procedimientos que se han instalado en nuestras vidas a raíz de la pandemia, el entorno digital ha venido para quedarse, forma parte de nuestras vidas en todos los ámbitos. Depende de nosotros, de las personas, que esa asimilación tecnológica sea universal y termine con la brecha digital.
Si después de leer este post, crees que tu empresa necesita digitalizarse, este es el momento perfecto. Te contamos más aquí.