Estos días hemos aprendido por qué nuestras abuelas ponían un pie en el marco de la puerta de las cabinas telefónicas para evitar que se cerrase (o por qué nos pedían a nosotros de pequeños que lo hiciéramos mientras ellas llamaban). Y es que a principios de los 70, en la época en la que el régimen franquista comenzaba un tímido proceso aperturista y necesitaba vender al mundo la imagen de dicha apertura, la misión de ganar premios en festivales y concursos audiovisuales y lograr presencia internacional a través de este medio.
Ese objetivo, al menos, se cumplió con creces, y La Cabina (Antonio Mercero, 1972) se emitió en todo el mundo y cosechó éxitos en Nueva York, Montecarlo y Milán, además de obtener el premio Emmy al mejor telefilme y el Ondas de 1973 para el director, que coescribió el guión junto con José Luis Garci. Un guión que enamoró a José Luis López Vázquez, protagonista absoluto de la obra.
La angustia transmitida por el personaje en su encierro accidental en la cabina telefónica provocó que, durante muchos años, se convirtiera en parte de la cultura popular española tomar precauciones al entrar ellas, en previsión de otro hipotético y fatal cierre.
Televisión Española tuvo a bien colgar el mediometraje íntegro con introducción de Mercero y López Vázquez en su página web para nuestro disfrute. Una obra que nadie debería perderse por todo lo que supuso en su día.